lunes, agosto 07, 2006

Integración

"Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga". Martín Caparrós

Integración regional y medios de comunicación



Miguel Ángel Bastenier
Subdirector, El País de España

Al tiempo que se desarrolla en Europa un vasto movimiento de integración no sólo económica sino política que conocemos con el nombre de Unión Europea (UE), es decir, la reunión hasta la fecha de 15 Estados del Viejo Continente en un ejercicio de coordinación estructural que podría conducir, eventualmente, a la formación de un super-Estado europeo, cabe plantearse el problema de en qué medida se produce, paralelamente, una integración por la base, una integración en cierto modo mucho más real, puesto que sin la misma la construcción básicamente política carecería de una auténtica plataforma de sustentación. Se construye, por tanto, Europa, pero ¿sobre qué?
Los medios de comunicación europeos contribuyen, sin duda, a ese proceso de integración con aquello que constituye la materia prima misma de su quehacer: la diseminación de la información de unos para otros, de unos sobre otros, considerando, en definitiva, el proceso de construcción europea, probablemente el fenómeno singular de mayor importancia sobre el que les cabe poner al corriente, juzgar, discutir, publicitar, en último término, a sus lectores. Pero, al mismo tiempo, las publicaciones escritas o los medios de comunicación audiovisuales como parte de la industria aparecen también como susceptibles de participar directamente en ese proceso de sustentación mutua, de apoyo, de trabajo en mayor o menor medida integrado a escala preferentemente europea.
Puesto que es el tema que mejor conozco, al estar directamente implicado en alguno de esos procesos, me voy a referir aquí a lo que mi periódico, el diario EL PAIS, de Madrid, España, ha realizado en ese terreno hasta la fecha, en la confianza de que en el mundo de habla española somos los que hemos desarrollado la labor más vasta.
Distingamos antes que nada entre operaciones de carácter fundamentalmente empresarial, aunque siempre con contenido editorial y las de naturaleza exclusiva o casi exclusivamente editorial. Comencemos por estas últimas.

1. PRIMEROS PASOS
A salvo de operaciones puramente puntuales como la publicación en determinados casos de textos conjuntos por diversos periódicos del Viejo Continente, o de realizaciones de carácter más bien publicitario como el acuerdo en el que participó mi periódico desde fines de los años '80 para la publicación de secciones de anuncios clasificados conjuntamente con otros periódicos de Europa occidental, la primera operación verdaderamente integrada fue la que se conoce como "Un Solo Mundo".
Durante los años '80 con una periodicidad inexistente y con la financiación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otros organismos internacionales, salieron, a lo sumo, media docena de suplementos de unas 12 páginas cada uno, bajo la dirección del redactor jefe de Le Monde, ya fallecido, Jean Schoewell, publicados por un número variable y variopinto de diarios europeos. Entre ellos se hallaban EL PAIS y Le Monde. Pero hay que decir que el trabajo en común era prácticamente inexistente, la coordinación puramente ilusionista, y el resultado abigarrado, para no entrar más en detalles. El proyecto carecía, por tanto, de bases económicas, de valor integrador periodístico e incluso de sentido más allá de una actividad puramente filantrópica y políticamente correcta para el gusto de la época.
La primera operación, desgraciadamente de breve vuelo, digna de tal nombre en la que participó mi periódico, fue el experimento "Liber" que duró dos años de 1989 a 1991 y cuyas características fueron las siguientes.
Los diarios Le Monde (París), Frankfurt Allgemeine Zeitung (Frankfurt), EL PAIS (Madrid), el semanario The Times Literary Supplement (Londres) y el mensual literario y de pensamiento L'Indice (Turín) se concertaron en 1990 para producir el primer suplemento cultural conjunto, "Liber", idéntico de maquetación y texto en todas sus ediciones en las lenguas respectivas, que aparecía en Europa. La experiencia duró algo menos de dos años, en el curso de los cuales aparecieron siete números de una composición variable entre las 20 y las 28 páginas. El suplemento dejó de publicarse porque falló la publicidad internacional en la que basaba su supervivencia.
Lo interesante de la experiencia, sin embargo, es que se constituyó una verdadera redacción compuesta por una uno o dos representantes de las publicaciones mencionadas que discutían en una sede central establecida en París (pero, en absoluto vinculada a Le Monde, sino propiedad de las partes) el contenido del número siguiente y de la parte del trabajo que se asignaba a cada publicación. El motor intelectual era el sociólogo francés Pierre Bourdieu, que contaba con un pequeño equipo de secretaría y administración para la coordinación del trabajo. Las reuniones eran bimestrales y el compromiso, rigurosamente observado por todos los miembros, era el de hacer ediciones miméticas. Cada periódico costeaba sus propios gastos de papel, impresión, etc. y los emolumentos de los autores eran abonados de un fondo central que se obtenía de donaciones de organismos internacionales y publicidad internacional que nunca llegó a fluir en cantidades significativas, y con respecto a la cual el compromiso era el de venderla conjuntamente a tarifas unitarias conjuntas para todas las publicaciones implicadas. El Contenido del "Liber", aunque a veces algo caótico, tenía una cierta unidad en torno a los volúmenes sociológico, político y literario.
Aún fallida, la experiencia fue apasionante por lo que suponía de trabajo en común de representantes de cinco áreas lingüísticas, en un idioma común que solía ser indistintamente inglés o francés.
"Liber" fracasó porque era una idea que se anticipó a su tiempo, pero en su breve vida los mejores escritores, novelistas, sociólogos y artistas europeos y algunos latinoamericanos visitaron sus páginas. Sólo emoción y gratitud suscita su recuerdo.

2. LA SITUACION ACTUAL
En 1990 se concretó un proyecto de gran ambición, que sigue boyante. Se trata de la sociedad World Media, en este caso una entidad perfectamente comercial con sede en París, que, aunque fue inicialmente creada bajo los auspicios del diario francés Libération es, en la actualidad, totalmente independiente del mismo.
World Media es una empresa privada, creada en 1989 con sede en París, formada en la actualidad por 24 periódicos del mundo entero en calidad de asociados profesionales, cuyo objetivo fundamental es producir dos suplementos al año. Entre los asociados (como máximo uno por país) figuran además de EL PAIS, Libération en Francia, La Stampa en Italia, The Irish Times en Irlanda, Suddeutsche Zeitung en Alemania, Sevodnia en Rusia y Oslobodjenie en Bosnia. Fuera de Europa hay que mencionar Al Ahram en Egipto, Yomiuri Shimbun en Japón, La Jornada en México, La Nación en Argentina y Búsqueda en Uruguay.
Los suplementos se producen conjuntamente por los periódicos sumando recursos y voluntades profesionales en un caso enteramente original de sinergia periodística. Los suplementos, sobre asuntos a decidir por representantes de los periódicos, son en gran medida comunes, con lo que los autores contratados por ellos gozan de una difusión de más de 20 millones de ejemplares en el mundo entero. Habitualmente, los suplementos recurren a los principales expertos y autores en cada materia.
Al mismo tiempo, World Media funciona como agencia de noticias y promotor de desarrollo tecnológico, con una gran actividad en el campo de los CD-Rom y la información on-line. Como agencia, World Media se sirve de los recursos de todos los periódicos miembros para ofrecer a un mínimo costo posible el material a cada uno de los que forman el grupo; únicamente cuando éstos han ejercido su primera opción ofrece el material a terceros periódicos.
El centro neurálgico de World Media es una oficina en París formada por periodistas, expertos en comunicación, marketing y servicios en general, donde se coordina toda la labor de suplementos, agencia, etc. que se sostiene con las aportaciones de los periódicos miembros, básicamente por el pago de una cuota por el material que se recibe para producir cada suplemento; estamos hablando con ello de más de 60 artículos, entrevistas, reportajes y al menos una docena de páginas de mapas u gráficos ad hoc. Individualmente, algunas de las publicaciones tienen también participación en el capital de World Media, del que la mayoría minoritaria se halla en manos de su director-presidente Bertrand Pecquerie.
Se llevan a cabo al menos dos reuniones anuales de tres días entre los representantes de la parte editorial y de la comercial de cada uno de los periódicos miembros. No se puede decir que esa reunión en la que se hace un verdadero brainstorming para establecer las líneas principales del próximo suplemento, sea un verdadero consejo de redacción o una redacción multilingüe, puesto que el peso de la labor habrá de ser efectuada necesariamente por la oficina central de parís, pero no deja de ser, con todo, una original experiencia en sinergia internacional de periódicos.
Hasta la fecha se llevan publicados diez suplementos de los que cerca de la mitad se pretende que tengan un contenido básicamente geopolítico y la otra mitad vire hacia presentaciones algo más ligeras, en la línea de temas de sociedad tanto personalizables como de carácter de divulgación científica. El último suplemento publicado tenía como leit motiv una selección de ciudades del mundo, procurando en el mismo abordar todo lo novedoso, original y significativo en las diversas teorías de la ciudad a lo largo de la historia de las civilizaciones. De igual forma, el próximo suplemento que debería salir a fin de año o principios de 1996 se agrupa en torno a la idea de "retos del siglo XXI", lo que significa una aproximación a problemáticas tan diversas como la droga, el integrismo religioso o el nacionalismo, como elementos de cambio o conflicto social.
El problema del sostenimiento de este tipo de suplemento, que agrupa a publicaciones de características muy diferentes, como pequeños periódicos de provincias a gigantes como Yomiuri Shimbun o títulos establecidos como La Stampa o EL PAIS, es el de la publicidad.
Al igual que con el experimento "Liber" se contaba con la existencia de un fondo de publicidad internacional que estaría interesada en aparecer sino en la totalidad, sí en los más representativos de estos títulos del mundo occidental. Pero no ha sido así y hasta la fecha los suplementos han tenido que sustentarse con la publicidad exclusivamente nacional. Todo ello ha supuesto resultados varios, desde el éxito relativo de Le Soir de Bruselas, que vende separadamente el número a un precio aparte del ejemplar de ese día, lo que le ha permitido, al menos, cubrir gastos, al de La Stampa o EL PAIS, que incluyen el suplemento en el precio del periódico del día, con resultados menos halagüeños. Todo ello parece indicar que una idea interesante, la del entrecruzamiento publicitario a la búsqueda de un pool de publicidad europeo, se halla muy lejos de constituir hoy una realidad.

3. COOPERACION DIARIA
Al margen de estas operaciones de gran envergadura y éxito económico discutible o insuficiente, se dan otros esquemas de cooperación, carentes, al menos por el momento, de valor económico evidente o directo, pero de gran interés profesional.
También en 1989, EL PAIS suscribió un protocolo con otros grandes diarios europeos: Suddeutsche Zeitung en Alemania, The Independent de Londres y La Reppublica de Roma, por el cual los cuatro grandes diarios se comprometían a establecer un sistema de colaboración por el cual cada uno de ellos tenían derecho a utilizar libremente, sin cargo económico alguno, todo el material propio diariamente publicado por los otros tres.
Para ello se creo un mini-sistema de comunicación entre los cuatro, de forma que cada mañana a unas horas determinadas los cuatro periódicos se intercambiaban lo que llamamos el "menú" con los temas más importantes de la jornada, de forma que los restantes diarios pudieran solicitar aquellos temas que consideraran más convenientes en tiempo útil.
El diario alemán pronto se descolgó del proyecto y en la práctica una relación verdaderamente profesional sólo llegó a establecerse con provecho para las partes entre The Independent y EL PAIS, de forma que, por ejemplo, esas publicaciones recurrían a la otra para aquellos temas donde el periódico correspondiente estaba mejor representado. Ello significa que EL PAIS podía ofrecer una mejor cobertura de América Latina a sus partenaires, por ejemplo, y The Independent, otro tanto sobre parte del antiguo imperio británico a los demás.
Posteriormente, Le Monde entró en el grupo, con lo que se añadió la "pata" francesa al tríptico formado por diarios de España, Italia y Gran Bretaña. Sin embargo, el diario parisino tuvo que abandonar el consorcio a los pocos meses al adquirir La Stampa una participación en el capital de la sociedad, lo que, evidentemente, hacía imposible la colaboración con el diario romano La Reppublica.
En la actualidad, el sistema sigue funcionando parcialmente, de forma que es EL PAIS el que más se beneficia del mismo, puesto que sigue sosteniendo magníficas relaciones bilaterales con Le Monde y con el diario británico recientemente rebautizado Independent. El intercambio diario se prosigue y es el diario español el que, con gran ventaja, está más interesado en publicar textos de sus colegas.
Paralelamente, en este cuadro de periódicos más o menos estrechamente relacionados se ha acometido la tarea de publicación de suplementos comunes, lo que quiere decir que, a diferencia de los de World Media, son idénticos en número de páginas, ocupación publicitaria común, etc. En este sentido, a fines de 1993 The Independent, La Reppublica, EL PAIS y Le Monde publicaron un número de 16 páginas sobre la nueva Alemania unificada realizado conjuntamente por las cuatro redacciones, sin aportación externa de ninguna clase. la experiencia fue muy rica desde el punto de vista de la coordinación redaccional, pero nuevamente el soporte publicitario internacional fue muy escaso. Por ese motivo, la operación no se ha repetido, al menos no a ese nivel, para continuarla sólo bilateralmente. Por añadidura, al tener que adoptar modelos comunes de lay-out entre periódicos de características formales muy dispares, se produjeron importantes diferencias de criterio que no todos quedaran encantados de esas páginas tan comunes, que podían parecer en algunos casos extraños en medio del periódico tradicional.
A nivel bilateral la experiencia ha sido continuada, sobre todo, entre Le Monde y EL PAIS, que en los últimos años han publicado tres suplementos comunes, idénticos de texto, pero con diferente diagramación y publicidad casi exclusivamente nacional, es decir de cada periódico, sobre temas puntuales. El trabajo ha sido, nuevamente, enriquecedor, pero limitado en su envergadura y realizado casi siempre externamente al quehacer de las redacciones.
Como fenómenos mucho más circunscritos había que mencionar también la cooperación de mi periódico con publicaciones latinoamericanas siempre sobre la base de la conmemoración o celebración de hechos muy concretos, como la publicación de suplementos con ocasión de dos de las Cumbres Iberoamericanas, en combinación con más de una docena de diarios latinoamericanos, entre los que hay que mencionar Excelsior de México, La Nación de Buenos Aires y Folha de Sao Paulo.
En todos estos casos la viabilidad económica de los suplementos estaba garantizada por un acopio de publicidad anterior, respaldado por la organización del V Centenario en España. La sinergia redaccional también fue en estos casos mínima, puesto que se trataba de un mero intercambio de artículos solicitados casi todos ellos externamente a las redacciones respectivas.

4. COOPERACION EMPRESARIAL
Citemos, finalmente, aquellos casos en los que la existencia de un vínculo empresarial entre publicaciones refuerza o da sentido a la cooperación editorial, y también cuando se halla desligada de esa cooperación editorial.
Como es sabido, EL PAIS posee un paquete de acciones de Independent, operación en la que le acompañó durante unos años La Reppublica, recientemente, sin embargo, desligada de la propiedad del diario británico. De igual forma, estos dos periódicos poseen un porcentaje idéntico de acciones en un diario lisboeta de nueva creación, Público, de cuatro años de existencia y buen éxito de audiencia. En este último caso, no se ha concretado todavía el tipo de vinculación editorial del recién llegado con los dos títulos mencionados. Pero EL PAIS ha realizado ya algunas operaciones estrictamente bilaterales de publicación de material común con el diario portugués.
El proyecto anterior de publicación de un diario en París, que inicialmente habían asumido en su fase de estudio, EL PAIS, The Independent y La Reppublica, ha sido, al menos por el momento, abandonado, fundamentalmente a causa de la mala coyuntura económica de la Prensa francesa.

5. PROYECTOS Y REALIDADES
Todas las experiencias anteriores puede decirse, sin exageración, que aún siendo valiosas, se han quedado a medio camino. Los proyectos más interesantes, como el establecimiento de corresponsalías comunes, realización de proyectos periodísticos puntuales entre redacciones, con todo lo que pueden suponer de ahorro de costes y sinergia profesional, han dado de sí muy poco o casi nada de lo que se había pensado inicialmente. Las causas de ello son muy variadas y no la menor la desconfianza de las redacciones a trabajar con periodistas de otra cultura, el corporativismo ambiente, la incapacidad de los jefes intermedios a dar prioridad al material de otra publicación por encima del de sus propios redactores, aun en el caso de la obvia superioridad u oportunidad del material foráneo. En ese sentido, no tengo ningún empacho en decir que EL PAIS se ha mostrado de lejos, en todas las operaciones conjuntas en las que ha participado, el menos nacionalista, el más abierto a la utilización del material de los demás, así como enormemente cooperativo para facilitar su experiencia en determinados campos a sus diferentes asociados.
Quisiera añadir, por último, que en otro orden de cosas, pero también claramente vinculado a la integración regional de públicos y publicaciones, mi periódico edita desde el 16 de junio de 1994 la primera edición diaria trasatlántica de cualquier periódico europeo. Se trata de la edición mexicana de EL PAIS, que suma a una de las ediciones de venta normal en España o Europa de mi periódico un cuadernillo de al menos ocho páginas dedicado a la actualidad mexicana. Es, por el momento, una especie de cabeza de puente hacia el futuro. Esa edición, a la que podrían seguir otras en el continente americano, parece, obviamente, el comienzo de algo.
Lo que se ha hecho, en definitiva, es bastante y relativamente poco al mismo tiempo. Es una experiencia, pero todavía no una realidad decisiva la cooperación interregional europea y extraeuropea para la creación de un público que en su propia lengua pueda leer lo mejor de otras publicaciones de culturas diferentes. Así, para que el lector de Le Monde, por ejemplo, pueda tener acceso a lo mejor que publica EL PAIS o viceversa.
Parece razonable asumir en esta tesitura que la creación de ese público daría lugar a una integración publicitaria, es decir, económica, capaz de sostener materialmente ese tipo de aventura.
Es también, en cualquier caso, una de las formas más ricas, interesantes y positivas de avanzar en el proceso en marcha de la construcción europea.

Extensión: 3.100 palabras

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